El mes de Febrero de 2015 comenzó una gran aventura. Después de muchas dudas, conversaciones y miedos, era el mes de cambiar nuestras vidas. Unos meses atrás se decidió partir del país que nos acogió durante 6 años maravillosos, que nos permitió conocernos, enamorarnos y casarnos y también procrearlos.
Febrero, ese mes en que tomaríamos un vuelo solo ida al otro lado del mundo ¡Literalmente! al sur del sur, como le digo yo, a la tierra de tu padre, a un país largo, largo, tan largo como medio continente pero tan angosto que como una conocía decía: "No tienen semáforos de este a oeste". Pensábamos que en ese largo vuelo de mas de 24 horas vendríamos 3: papá, mamá y el tato, pero en verdad éramos 5. Dos pequeños saquitos se aferraron con todas sus fuerzas a mi útero y a pesar del estrés, de la mudanza, de cargar cosas pesadas, estaban ahí, aferrados a la vida, aferrados a crecer y venir a este mundo.